"Escucho el mismo piano de toda la vida, cambia el pulso, otras clavijas, pero los acordes vibran. Altos, bajos, medios. Mística de los tiempos, en el crepúsculo horado la verdad y siento belleza derramarse de todas las cosas. Del cielo, pureza en cada ciclo. De la tierra, humanidad aprendiendo, desaprendiendo. Nos aferramos en una demanda y luego nos cuesta soltar aquella sutil comodidad establecida. El piano sigue acariciando mi espalda, la guitarra asoma de mis caderas y todo vuelve a ser nuevo, de nuevo y otra vez.
Solía observar a la gente, ya de niña tenía el placer de sentarme a mirar. Los objetos, los lugares, el ser humano me llamaba la atención, sobre todo aquello que estaba por detrás de lo visible. -"Rara, esta niña es rara"-... Murmuraban las bocas vecinas. Reconocerme en el otro era un juego fascinante. Escudriñar, conversar en silencio con sus espíritus y seguir metida en el mundo invisible. Magia. ¿Cómo sucede? no lo se ni lo supe. Tan solo ocurre. Algo se atraviesa en el centro, un mensaje proveniente de otros tiempos y todo se alumbra. Una sensibilidad extrema va guiando las percepciones. Intuyo, olfateo como animal salvaje, se mueve la hembra sin temor, ando descalza apenas oíble. Un reloj frena el minutero y de pronto caen las visiones. Respiro hondo, suelto la mente, me entrego al tiempo cuántico. En ese ir y venir de energía se separa la materia y los colores manifiestan su luz. Te veo. Más allá de lo real te veo en otra realidad. Eres lo que no eres y veo lo que realmente eres. En el espacio donde se cobijan mis senos hay una abertura desde donde escapan suspiros, destellos, más y más energía. Te veo.
En mi espalda se dibuja el cosmos. Lunares como estrellas, pequeñitos, más grandes, por sobre los omóplatos en desnivel. Acerca tu mano sin temor, acariciando la suavidad de mi piel. Es el instante donde conecto mi intimidad con tu intimidad. Es el segundo donde estoy desapareciendo de mí para presentarme toda en tí. Toda, he dicho. Desde el tiempo antes del tiempo y desde ahora. Toda. Rara, mujer, niña, anciana, vieja, sabia. Para estar con tu cuerpo tu tienes que estar con mi cuerpo pero mucho antes con mi alma, sino solamente serán dos cuerpos y cuando dejen de mirarse serán un vago recuerdo alojado en las retinas. La cronología del espíritu me dice que el choque del alma con otra alma es mucho más poderoso que toda una ciencia reunida. Si solamente permaneces en el cuerpo no podrás comprender nunca las visiones de esa niña rara. Mi espalda habla lo que mi pecho calla. En cada espalda de cada mujer habita una humanidad. En cada seno de cada mujer habita una historia. En cada guarida de cada cuerpo moran los secretos. Y son muchos. Son inmensos, únicos, intransferibles. Cuerpo, alma, espíritu, energía, tiempo, espacio, sincronía. VIDA"©Karina Isabel Roldán